Mira la tierra, se convierte en flor, huele amor. Y sigue esperando.
No había océano al cual mirar, y sin embargo continuó esperando.
No llegó.
Ahora no quiere esperar, quiere ser ave, quiere irse lejos- no tan lejos de quien le encantó- quiere dejar que el agua corra y que le moje las mejillas y los labios. Esa agua jamás tocaría su frente- a menos que de pronto el mundo se pusiera de cabeza.
Refunfuña, con la nariz rojiza, los labios partidos y los ojos hinchados, preguntándose qué esperaba después de todo. Después de todo. La gripe la hace ver doble, marearse.
Ahora no quiere ser ave, mejor convertirse en crisálida y acortar la espera mientras duerme y sueña- aunque a veces no sepa diferenciar esos sueños de la realidad, por que quizás sí es una crisálida, y el deseo de ser ave el sueño.
Después de todo...
Ya pasan las 11.06 pm~