diciembre 28, 2006

Noche de Rosas Blancas, Tercera Parte

Noche de Rosas Blancas

Tercera parte

Pese a que su primer pensamiento fue el de morder aquella lengua, que tan atrevidamente había buscado la suya, no lo hizo… sintió su cuerpo estremecerse al darse cuenta de que de un momento a otro estaba correspondiendo al apasionado beso robado.

Inexperiencia y seducción se mezclaban en aquel beso que compartían… lujuria, deseo, apetito sexual… una danza de colores, formas y olores, todo mezclado en aquella habitación con decoración infantil.

La cara angelical, desprovista de las gemas que brillaban la luz cada día, comenzó a adquirir un tono rosado… pasando por el carmín y finalmente un escarlata brillante por el sudor que perlaba su piel.

Las manos expertas sujetaron los tersos muslos de la niña mientras abandonaba sus labios y comenzaba a morder el arco de su cuello blanco. Encajando sus dientes en él, dejando marcas rojizas después de succionar la piel que se mostraba pura y virgen ante él.

Un jadeo involuntario salió de los labios de la joven, susurrando el nombre de quien la estaba amando por primera vez, mostrando su rosada lengua y los dientes blancos al mismo tiempo… llevó sus manos a la nuca, intentando desarmar el nudo que la privaba de visión… pero su atacante dándose cuenta de lo que pretendía tomó sus manos y las retiró del lugar antes de que cometieran la acción.

Susurró cosas sucias a los oídos vírgenes, osó profanar el hueco de la oreja al meter su lengua dentro de él, mordiendo seguidamente el lóbulo decorado con un zarcillo de aspecto elegante.

La temperatura volvió a subir cuando entrelazó sus piernas con las de ella y tomó con decisión sus nalgas, sintiendo la piel tibia comenzar a calentarse cada vez más… con una mano continuó subiendo el vestido, dejando expuesto el torso de la niña, observando los pechos pronunciados que se escondían tras la tela.

Bendita tela que guardaba los encantos de la niña virgen, de la santa e inmaculada señorita.

Dejó vagar sus labios en el seno de la chica, en el hueco hundido entre los pechos que se alzaban imperiosos, firmes y suaves…La brisa azotó de pronto en el cuarto. El viento frío colándose entre las cortinas de seda…los cuerpos amándose, disfrutando del baile de los amantes, los corazones latiendo casi al unísono, formando un coro celestial, del cual la voz de la chica era el ángel que lo dirigía…

Finalmente, todo acabó, un cuerpo extraño quedó tendido sobre las sabanas revueltas, un enredo de brazos que se abrazaban, de manos que desataban pañuelos de seda y de piernas que se acariciaban luego de haber sufrido los estragos del amor.
- Je t’aime… - pronunció la angelical voz, adormilada por el arrullo de los abrazos, por la respiración que sentía sobre sus cabellos y los suaves besos repartidos en su nuca.

*~*~*~*~*~*~*

La misma brisa fría entró en la habitación de nuevo. El cuerpo de la joven comenzó a moverse sobre la cama tanteando a su alrededor, sentándose sobresaltada al no encontrar ningún cuerpo durmiendo junto al suyo… bajó la vista, notando que estaba completamente vestida, y que la habitación tenía el mismo olor a rosas blancas que tanto conocía…Se levantó de la cama, caminando hasta su propio balcón, mirando las plantas una por una, viendo como los rayos plateados seguían cayendo sobre ellas… Un brillo especial le hizo detenerse. Ahí, entre la blancura fantasmal, una rosa roja se erguía entre las demás…

Fine

diciembre 15, 2006

Noche de Rosas Blancas, Segunda Parte

Noche de Rosas Blancas

Segunda Parte

Los dedos seguían acariciando los labios tiernos y rosados que semejaban botones de rosa… el cuerpo menudo se movió inquietamente sobre la cama, dándole la espalda a quién estuviese tras ella haciendo que la caricia fuera interrumpida y que aquellos dedos vagaran con libertad por su mejilla y cuello.

Las atrevidas manos comenzaron a bajar por su costado, apenas rozando el vestido que le cubría, llegando hasta el fin de este cuando alcanzaba la rodilla… siguió bajando, acariciando la piel hasta llegar al tobillo y empezar a ascender por la parte interna de sus piernas...

Levantó el vestido con sus manos de forma delicada, procurando no despertar a la joven con aquel movimiento, tocando con las yemas de sus dedos la piel que iba quedando expuesta. Una piel nívea, suave… tan suave como la tela misma.

El deseo empezó a recorrer el cuerpo del atacante nocturno, que guiado por sus instintos se recostó sobre la cama y se pegó con lascivia a aquel cuerpo pequeño.

La niña abrió los ojos con suavidad, pestañeando varias veces… simulando el aleteo rápido de una mariposa que escapa ante un depredador. Un depredador. Como el que ahora sentía que acariciaba su vientre bajo su ropa.

Se movió inquieta, tratando de simular que dormía aún, pero su pulso, su acelerado corazón impidieron que aquel cayera en la treta. Sintió como un pañuelo con un olor a chocolate era colocado sobre sus ojos, y como lo amarraban fuertemente en su nuca.

Una boca hambrienta recorrió la parte posterior de su cuello, lanzando corrientes eléctricas aún en contra de su voluntad a todo su cuerpo. Los músculos se tensaron al sentir como una de las manos subían más, posándolas en los redondos pechos sobre el sostén de encajes suaves.

La otra bajó de nuevo, deslizándose sobre la prenda interior de forma delicada. Los dientes de la chica mordieron fuertemente sus rosados labios, hinchándolos de forma leve. Sus manos delicadas acudieron en ayuda de su doncellez, posándolas violentamente sobre las otras, por sobre el vestido, deteniendo el desvergonzado ataque.

Volteo su rostro, los ojos mieles tapados por el pañuelo negro de seda, dispuesta a reclamar a aquella persona, que reconocía sólo por el aroma, sobre sus acciones. Tragó saliva de forma nerviosa, pero antes de abrir su boca, para hablarle, otros labios sedientos se apoderaron de los suyos.

Una lengua juguetona se abrió paso a través de sus labios y dientes, dispuesta a encontrarse con la otra, compartiendo un húmedo beso…

diciembre 07, 2006

Noche de Rosas Blancas- Iº Parte

Noche de Rosas Blancas
Primera Parte

Oscurecía ya… el día había pasado tan rápido que no se había dado cuenta del tiempo que llevaba frente a aquel balconcito rodeado de hermosas rosas, todas ellas de un color blanco brillante… casi plateado, que parecía brillar aún más cuando la luna vertía su pálida luz sobre los pétalos.

Suspiró cansada al vacío, sorprendiéndose al escucharlo salir tan fuerte de sus labios… o quizás se debía al hecho de que se encontraba completamente sola en aquella gran mansión y el silencio reinaba en el lugar.

Avanzó con pasos suaves y vacilantes a través de la oscura estancia… su respiración saliendo en un murmullo de su nariz respingada, los ojos amielados posados en el frente.

Una fría brisa entró a través de las puertas del balcón aún abiertas, haciendo flotar su vestido de seda blanco momentáneamente.

Pudo sentir su corazón encogerse por sus sentimientos al igual que su cuerpo lo hacía, medio entumecido por el frío, siguió caminando, sin cerrar las puertas de cristal a sus espaldas, dirigiéndose a la habitación que le correspondía.

No recordaba siquiera haber hecho pausa en su lectura para comer algo… quizás a eso debía el extraño malestar en su estómago… apretó con fuerza el libro entre sus brazos, para saber que realmente estaba ahí y que no era producto de su loca imaginación.

Tan rápido como sus pensamientos iban y venían llegó a su habitación, abriendo la puerta suavemente y luego cerrándola de igual forma, contemplando la cama con aquel gran dosel de roble tallado… las cortinas de seda blanca sostenidas de él dándole un aire medieval al mueble… sonrió acomodándose sobre la cama, dejando el libro a un lado.

La cama hizo un suave movimiento cuando su cuerpo se dejó caer completamente sobre ella, esparciéndose sus cabellos alrededor de su cuerpo, cerrando los ojos y dejándose llevar por el sopor que produce el sueño… entregándose a fantasías que sólo pueden llevarse a cabo cuando la mente tiene libre albedrío…

*~*~*~*~*~*~*

Despertó al sentir caricias suaves sobre su piel… caricias que quemaban con sólo tocarle… caricias de manos lujuriosas que no paraban de probar sus brazos, cuello y rostro… por unos dedos que entretenidos se deleitaban delineando los tiernos y suaves labios…

diciembre 06, 2006

Iba

Iba a escribir un cuento de hadas. Iba. Entonces recordé que no era una princesa.

Entonces decidí escribir sobre cómo llegaste a pegar los fragmentos de mi corazón herido y destruido por hechos que ahora prefiero no recordar. Preferí escribir sobre cómo me haces sentir, sobre cómo haces que sonría sin que siquiera te des cuenta.

Es curioso cómo llegamos a conocernos, cómo poco a poco empecé a mostrarte cosas de mí, como tú escuchabas todo sin decir jamás una palabra acerca de lo que tú sentías. No sé qué fue lo que me llevó a enamorarme lentamente de tí, casi sin darme (darte) cuenta fuiste entrando en el corazón que me prometí sellar para no seguir lastimándolo. Me di cuenta de lo que sentía por tí un día en que los celos pudieron más que mi sentido común y lo dejé ir, vacíe mis sentimientos a tus pies sin pensar en lo que pasaría después de eso.
Y maravillosamente tú sentías lo mismo.
Y ya pasan casi 15 meses desde eso. Desde la noche en que te dije "Me gustas un montón".

Iba a escribir un cuento de hadas. Pero me di cuenta de que no tengo nada qué desear. Por que lo más importante para mí, lo tengo aquí. Y eso eres tú.

No puedo decir que a veces quisiera que me rescataras de la torre custodiada por el dragón, pero me parece más astuto escabullirte de él y llegar hasta mí, subirnos en la nube rosa y olvidarnos de todo por un rato.



+Doll+

diciembre 03, 2006

Nube~

Voy a cerrar mis ojos sólo un momento.
Voy a dejarme llevar por el ruido del mundo.
Voy a pensar en nada, y todo va a verse blanco.

Voy a jugar con las muñecas en mi mente.
Voy a sentir lentamente tu aliento contra mi cuello.
Voy a notar como mis mejillas enrojecen, como un temblor me recorre.

Voy a abrir mis ojos lenta, somnolientamente.
Voy a verte de pie frente a mí.

Voy a sonreírte. Sí, así como te gusta que sonría.
Voy a arrojarme a tus brazos, sin medir la fuerza.
No importa si nos caemos de esta nube.

Voy a estar contigo.

~

noviembre 24, 2006

The sun is in the sky, and in your body

"Despertó con un ronroneo parecido al de un gatito esa mañana, frotó sus ojos con cuidado y se estiró entre las sábanas, llegando a arquear su espalda.
Gimió ante la sensación del calorcito del sol que se filtraba por las cortinas de la habitación y emitió algo parecido a un No antes de acurrucarse hacia el lado opuesto.
No quería ni pensar en el largo día que le esperaba, la carrera, el trabajo, las caminatas de piso en piso, la incesante palabrería de las cientos de personas que veía a diario. Su cabeza dolía de sólo imaginarlo.
Soltó un suspiró, seguido de una sonrisa al encontrarse con un cuerpo tibiecito a ese lado, dándole la espalda. No dudó en pasar sus brazos alrededor de esa cintura, atrayendo a la persona hacia su cuerpo, amoldándose perfectamente a las curvas de la columna y el arco que formaban las piernas recogidas.
¿Qué importaba si se quedaba un ratito más en la cama? Cinco minutos no le hacían mal a nadie, ¿Verdad?
Por que, sin, duda, esa era la mejor forma de despertar.
Siempre a su lado."

Necesito liberar por algún lugar esto que siento, sí, porque es mucho y estoy pasando por una crisis creativa tremenda, sí, la Universidad consume mi vida ^^U

noviembre 23, 2006

Bitácora de Vida~

"No necesito tréboles de cuatro hojas para ser feliz." Clover~CLAMP

Heme aquí iniciando el primer posteo de este blog, que ni sé para qué lo hice si seguro lo dejo de lado, igual que todas las cosas que empiezo. Antes de esto, una pequeña información respecto a la dueña de este sitio:

"Es una princesa en apuros, que vive dentro de una pequeña torre en lo alto de un castillo (o llámese también burbuja en casa de sus padres), custodiada por un Dragón que tira llamas por la nariz que tiene extraños arranques de amor (dígase, madre). La princesa sale de la torre una o dos veces al día, sí, porque ella debe viajar montada en un blanco córcel 20 minutos diarios para llegar al vasto territorio de las letras, a ese al que todos desean llegar y sólo algunos lo logran (si, ella viaja en bus hacia la Universidad), en esta tierra lejana a su castillo, la princesa se transforma en una doncella, baila, corre, salta, ríe, hace todo lo que no puede hacer en el castillo. A veces un mensajero trae correspondencia (también conocido como llamado telefónico o e-mail), la que arranca gritos y saltitos de felicidad en la joven, ella es feliz al leer esas palabras llenas de amor y cariño de su ángel. Por la tarde, como todos los días, la doncella se vuelve princesa nuevamente, hace el viaje de vuelta, saluda cortésmente al llegar al salón (denominado living), sonríe delicadamente, cena y sube de nuevo a su torre. La princesa mira al cielo, cuenta estrellas, señala sueños, canta cantos en un idioma olvidado y no olvida una promesa "Per sempre" musita, antes de dormirse. Deseando nunca más ser una princesa."

Porque la persona que quiero con todo mi corazón detesta a las princesas, porque yo no quiero ser una. Porque por ti haría mil y una formas con las nubes, con mis sueños. Porque por tí soy quién soy.
Estamos tan juntas y sin embargo estamos muriendo de soledad~ Minia Bathory
"Estamos todos tan juntos, y sin embargo, todos estamos muriendo de soledad..."
Albert Schweitzer