mayo 20, 2008

delirios

Viene pasándome esto hace aproximadamente semana y media. Desde la ida al doctor con mi madre, desde el ataque de llanto de esa misma noche, desde que dos días después mi desayuno consistiera en cinco sólidas píldoras y una cápsula bicolor -blanca y azul-, seguidas del té matinal y medio pan con algo.

El día avanza mientras mi cabeza no para de trabajar, que los cuadernos, tú, que el certamen, tú, que los trabajos, tú, y al final no hay una respuesta clara para ninguna de esas cosas. No es como si la buscara tampoco. A veces es mejor no pensar, te evita tiempo perdido, dolores de cabeza, lágrimas y más delirios.

El almuerzo pasa sin pena ni gloria, si estoy en casa como lo que me dan, si no, medio paquete de galletas de agua y agua mineral es lo que me llena hasta la hora de cenar -mentira, en casa no se cena, se toma el té- y antes de dormir, las benditas diez gotas que hacen que mis músculos no despierten agarrotados y que las pocas horas de sueño sean provechosas.

De pronto me cansé de ser una farmacia ambulante.

Se me escapan las lágrimas por las noches, sin explicación alguna, a veces hay pequeñas cosas que hacen que se forme el molesto nudo en la garganta y que las gotas saladas y molestas escapen aunque mi rostro siga impasible, sintiendo como lo recorren, perdiéndose algunas en la barbilla y otras en el huequito antes del esternón.

Y siento que nadie entiende, nadie, que nadie entiende la amargura que tengo, la pena, la rabia, la decepción conmigo misma.

Es ahí cuando los delirios empiezan, con más fuerza, brotan los gemidos frustrados, porque me siento tan triste, tan desprotegida -por que la protección que tengo la siento carente de toda calidez-, tan vacia, tan sola.

La ansiedad es demasiada y siento un vacío en el estómago, me obligo a cerrar los ojos húmedos y dormir, y entonces -como si alguien me golpeara- despierto asustada al no poder respirar, con un dolor de los mil demonios que no se quita con nada.

Y entonces me tomo otra pastilla...

mayo 12, 2008

algo se rompió.

muy, muy adentro.

mayo 07, 2008

Entonces

Hoy lloré... otra vez.

Cuando no lloro no parece un día completo, la espinita está ahí, haciéndose más dolorosa con cada pequeño detalle.
Hay días que siento que no voy a aguantar, días en que la pena es mucha, en que la carga es muy pesada, días en que todo se junta, en que la culpa se hace visible en los ojos, en las lágrimas, días en que el dolor es tan profundo que cuesta que se vaya.
Hay días que quisiera no ser yo.
Días que quisiera se borraran.
Hay veces en que no aguanto la pena, en que soy cruel y suelto frases irónicas cargadas de decepción. Veces en que desearía no poder escribir, para no dejar registro ni rastro de esto que siento.

Hoy lloré, como tantas otras veces.
Estamos tan juntas y sin embargo estamos muriendo de soledad~ Minia Bathory
"Estamos todos tan juntos, y sin embargo, todos estamos muriendo de soledad..."
Albert Schweitzer